Los empastes dentales, son tratamientos realizados, donde el objetivo es la eliminación de la caries dental y el relleno de la cavidad con un material especial para obturación de cavidades, el procedimiento se inicia con la eliminación del tejido dental cariado, hasta obtener una cavidad limpia, posterior a esto se procede a la desmineralización del tejido a través de un grabado ácido, luego se coloca sobre la superficie un adhesivo que facilitara el proceso de adhesión del material de obturación con el diente, se coloca el material y este es fotopolimerizado con una lámpara especial que endurece el material, luego con la instrumentación indicada se talla y se pule dando los últimos detalles anatómicos correspondientes al diente tratado, se deben tomar en cuenta varios detalles pues muchas veces puede hacer contacto con el diente antagonista evitando la correcta oclusión.
Los dientes con mayor susceptibilidad a la caries son los molares por lo que por este motivo son los que en su mayoría requieren de la colocación de un empaste dental, para ello se evalúan ciertos criterios, como la cantidad de tejido dental que exista, y si este es suficiente para retener el material de realización del empaste, muchas veces puede darse el caso que el diente tratado no tenga una buena porción coronaria y que por motivos de fractura o caries dental haya perdido más del 50% de la corona, en estos casos un simple empaste fracasaría y tendría que colocarse una corona, debido a esa razón es indispensable realizar un correcto diagnóstico para garantizar que el tratamiento seleccionado es el ideal y que este permanecerá en boca a lo largo del tiempo. Es posible que posterior a la colocación de un empaste quede cierto grado de sensibilidad en la pieza dentaria, pero este en poco tiempo desaparecerá.
Hay diferentes materiales de obturación, los más utilizados son: resina, porcelana, amalgama. Sin embargo en los últimos años la resina y la porcelana han marcado la diferencia ya que lucen mejor estéticamente, lo que ha reemplazado a la amalgama. EL tiempo promedio de duración es de aproximadamente entre 5 y 10 años, todo dependerá de los hábitos del paciente, quien deberá acudir por lo menos una vez al año para evaluar el estado del empaste y de haber algún tipo de filtración sustituirlo por uno nuevo.